Por: alberto5302

¡¡¡Dios mio, que obsesión con el fútbol!! Después no nos quejemos que en otros lugares del mundo crean que somos unos imbéciles que de lo único que pueden y saben hablar hablar es de eso. Menos mal que te hiciste economista y no futbolista. Hubieras sido otro de los millones de inútiles que para lo único que sirven es para llenarse los bolsillos y seguir imbecilizando a las masas. Y ese es uno de los problemas de nuestro cine: la chatura, la mediocridad, lo monotemático, intrascendente, mediocre y deprimente que es. Hay una crisis de argumento espantosa. No sabemos explotar la historia que tenemos; los actores son un desastre, todos recitan, incluyendo a Darín que habla entre dientes y ni te cuento los directores que son patéticos. Tan mala es nuestra escuela de actores que creemos que Darín, Brandoni, Luppi, Alterio, Sbaraglia, Francella y compañía son buenos. Siempre trabajan igual, de ellos mismos. Los guionistas son de cuarta y no tienen autocrítica, siempre el culpable es otro, señalan un malvado que es malvadísimo, perverso, cruel y cobarde y los buenos son santos sufridos y nobles, por lo general pobres y grasas, que apretan las mandíbulas de impotencia y se comen todas las injusticias para terminan resignándose. la sobreactuación es impresionante, hay un abuso desmedido de gritos e insultos y las escenas de sexo son bizarras y por lo general innecesarias. Pero lo peor de todo es que el Estado tiene que financiar todo eso.
En una palabra, el cine argentino es mediocre y pobrísimo. Un bodrio.